Harto. Estoy harto de la causa de Palestina, del Estado de Israel, de la barbarie de Hamás, del genocidio al pueblo palestino, del antisemitismo disfrazado de antisionismo, de la bajeza moral de la derecha ante el sufrimiento de los débiles, de la superioridad moral de la izquierda como única denunciante de la opresión de los pueblos, de tener que tomar partido, de tomarlo y ser cuestionado, de no tomar partido y ser criticado por ello. Harto de verme obligado a opinar y de recibir opiniones que no he pedido.
Pero, sobre todo, harto de que no haya paz y de que a nadie le interese de verdad que la tengamos. Para eso habría que aparcar el odio y ceder, tolerar, renunciar, perdonar y, sobre todo, reparar a las víctimas. A todas las víctimas.
Por eso reivindico mi derecho a no participar, no opinar y no recibir otras opiniones sobre esta barbarie si no tratan sobre conseguir la
PAX-PAZ-PEACE-SHALOM-SALAM
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