Icónica fotografía de 1957 donde Sofía Loren desvía la mirada al escote pronunciado de Jayne Mansfield |
El próximo 20 de septiembre la mujer morena que mira entre odiosa y admirada el escote pronunciado de la mujer rubia sentada a su lado cumplirá 90 años. Y como regalo de cumpleaños en Pax Augusta queremos contar la historia detrás de esa icónica mirada de Sofía Loren al escote de la Mansfield. Para ello he realizado la habitual documentación que siempre emprendo al escribir mis artículos. Como imaginarán, la búsqueda en Google pudo ser sencilla o un verdadero fiasco.
Búsqueda sencilla porque alguien ya habría escrito acerca de esta fotografía y sus curiosidades, pudiendo aprovecharme de su trabajo sin más documentación. Insatisfactoria porque las versiones podían ser muy variadas y poco contrastadas. Eso fue lo ocurrido. Encontrando multitud de teorías sobre esa mirada que la hacían unas veces «sucia», otras enojada e indignada y las más ocasiones una «mirada envidiosa». Esta versión de la envidia tenía variantes que iban desde la «sana admirativa» hasta la de ser mezquina y odiosa. Así que opté por utilizar los testimonios dados por la misma Loren y mis dotes de observación analítica adquiridos como documentalista.
De esta manera, a «primera mirada de la mirada» puedo decir que resulta complicado afirmar que ese gesto de Sofía Loren sea de pura envidia. De una «mujer despechada». Ella nos pide fijarnos bien, que con un pequeño esfuerzo de observación podremos ver en su cara una mirada de espanto, de pavor ante lo que podía ocurrir. Según declaró a un medio digital casi 60 años después de la instantánea, en 2014, ella puso cara de asustada, preocupada porque temía ver estallar ese escote de la Mansfield y liberados así sus pezones ante todo el mundo. Es una explicación plausible porque existen otras imágenes de ese evento donde se las ve saludarse con simpatía y sonreír, sin atisbo de animadversión entre ellas.
Sin embargo, buscando datos sobre el contexto en el que se realizó la fotografía podemos decantarnos por los sentimientos de rabia y repulsa como los predominantes en el rostro-mirada de la Loren. Ese día de 1957 resultaba ser prácticamente la primera jornada de la que luego resultaría carrera exitosa de Sofía Loren en Hollywood. Su agente y marido, el productor Carlo Ponti, y la productora que la había contratado, la Paramount, organizaron una fiesta-presentación de la bella italiana en Beverly-Hills. Todo iba muy bien para Sofía, que era el centro de atención hasta que llegó la competidora de Marilyn Monroe en sensualidad, la actriz rubia «sensación» del momento, Jayne Mansfield.
La Mansfield vestía un conjunto de noche ceñido, algo que también hacía Sofía Loren la protagonista de la fiesta, pero con un escote tan pronunciado que era imposible desviar la mirada a otro sitio. Según contó la diva italiana, la exuberante rubia convertida en una sex-simbol de la época llegaría muy empezado el evento y acaparando las miradas de los comensales que ya estaban preparados para la cena de gala que se daba. Para colmo, al ver un sitio libre junto a la invitada de honor se dirigió a ocuparlo rodeada de miradas. La última provocada es la que lanzó, molesta y «asqueada», la joven Sofía Loren a los pechos desbordados de la «Bomba Mansfield».
Sin duda, la mirada de reojo fotografiada más famosa en la historia de los paparazzi.
Jayne Mansfield falleció en 1967, diez años después de esa instantánea, a causa de un terrible accidente de tráfico al soltarse un remolque de camión. Desde entonces, a los paragolpes protectores en los grandes camiones de EEUU que se impusieron como obligatorios se los llama "barreras Mansfield". Sophia o Sofía Loren nunca quiso firmar su autógrafo en copias que le daban de esta fotografía. Por respeto a la memoria de la Mansfield y porque para ella era un asunto olvidado... más allá de su icónica mirada
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