A 600 Navidades de la llegada del pueblo gitano a la península ibérica

 

Salvoconducto otorgado el 12 de enero de 1425 por el rey Alfonso V de Aragón el Magmánime a favor de un grupo de personas gitanas liderado por Juan de Egipto Menor. Fuente de la imagen


 Gracias a un documento guardado en uno de nuestros archivos históricos podemos establecer que la presencia gitana en la península ibérica tiene 600 años. Por eso este año 2025 que termina ha sido considerado el «Año del Pueblo Gitano» en España para conmemorar estos seis siglos documentados. Son centurias con historias de persecución, represión y de una integración siempre en entredicho. En Pax Augusta os hacemos una breve reseña de estas 600 Navidades que en España también son gitanas

En el salvoconducto de Alfonso V de Aragón se detalla que es para un tal Juan de Egipto Menor y sus gentes. Este hombre lideraba un nutrido grupo de peregrinos gitanos que afirmaban venir del llamado Egipto Menor, lugar que podría hacer referencia a la actual Siria. Venían como cristianos huyendo de la «persecución mahometana» y su propósito era atravesar la península para llegar a Santiago de Compostela. Ahí se pierde la pista de esas personas, pero la historia nos demuestra su permanencia en los siglos siguientes como nómadas por toda la península ibérica.  

De este dato aportado en el salvoconducto de Alfonso V de Aragón, obtenemos también el origen etimológico del término «gitano». La palabra egiptano derivó en la actual palabra gitano. Para muchos en la comunidad gitana española conocedores de este origen, el «primer patriarca» Don Juan de Egipto Menor está en el plano de la leyenda. Un rey gitano que les trajo a estas tierras, pues se presentó ante el monarca aragonés como un noble patricio. Así, durante gran parte del siglo XV, fueron recibidos con hospitalidad. Al presentarse como penitentes religiosos bajo protección real, e incluso, papal al acreditar más salvoconductos, se les ofrecía comida, alojamiento y seguridad en su camino hacia Santiago de Compostela.


El drástico giro hacia la represión: la Pragmática de 1499 de los Reyes Católicos

 Todo cambió drásticamente durante el reinado de los Reyes Católicos. Ese cambio de actitud hacia la población gitana es evidente cuando vemos documentos como Pragmática de Medina del Campo de 1499. Dicho en plata, se estaba promulgando la primera gran ley antigitana. Buscaba como en los casos de judíos y moriscos una asimilación forzosa. Es decir, la percepción de los cristianos ibéricos hacia ellos comenzó a ser muy negativa por sus costumbres y poco arraigo en las villas de los distintos reinos peninsulares. 

En esa Pragmática de 1499 se les obligaba a abandonar el nomadismo, a buscar un oficio conocido y a dejar de usar su lengua (romaní que luego en su versión hispana es el caló); incluso su peculiar vestimenta con huellas de su pasado y orígenes orientales. En definitiva, en menos de cien años de presencia gitana se comprueba un giro hacia la represión de los gitanos que se enfrentaban si no cumplían las leyes promulgadas contra su identidad cultural a la expulsión o la esclavitud.




Pero fue en la Gran Redada de 1749 donde la represión alcanzó niveles de intento de exterminio. Sería uno de los episodios más oscuros ocurridos bajo el reinado de Fernando VI, tras una orden del Marqués de la Ensenada organizando una captura masiva de gitanos en todo el país el 30 de julio de 1749. Se pretendía separar a los hombres de las mujeres, confinando a cada grupo en una especie de campamento de concentración; los hombres en cuarteles y las mujeres en casas de misericordia. De esta manera, pensaban, impedirían la reproducción y lograban así la extinción del pueblo gitano en España. La idea fue concebida sabiendo que los gitanos se casan entre sí y rara vez había matrimonios con los payos.

Fue un proyecto de «exterminio biológico» que no llegó a realizarse de manera eficaz, gracias a la capacidad de ocultarse de los gitanos acostumbrados a viajar con discreción. Esa cruel redada masiva finalmente fracasó, pero quedó como herida profunda en el imaginario colectivo del pueblo caló. Algo que potenció su espíritu de resistencia y contribuyó a plantear entre los gitanos tener mayor presencia entre la sociedad española aprovechando su seductor talento artístico. 

De esta manera, la aportación cultural gitana en el conjunto de la cultura española ha servido como mejor vehículo de integración. A pesar de siglos de leyes discriminatorias contra el pueblo gitano, la cultura gitana sobrevivió y forma parte de la identidad española. Con elementos como el baile y cante Flamenco, un arte de fusión donde el aporte gitano es fundamental. 

Además, algo que se suele olvidar en la historia española, su maestría en diversos oficios como la forja, la cría de caballos y el comercio ambulante fue vital para la economía rural española durante siglos. Algunos de ellos siguen siendo el fundamento económico de muchas regiones. 


Estas Navidades el pueblo gitano cumple 600 años de historia ibérica, esperando con su gran capacidad de aguante que dejen de verse como unos huéspedes incómodos y sean considerados unos ciudadanos más de un país, España, que siente como suyo



© Gustavo Adolfo Ordoño


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