Carta manuscrita de Rubén Darío agradeciendo la ayuda del filántropo Archer M. Huntington |
«En sangre y en llanto está la tierra antigua...»
(Rubén Darío)
El poeta nicaragüense Félix Rubén García-Sarmiento (1867–1916), más conocido como Rubén Darío, residía en Europa cuando estalló la Primera Guerra Mundial. Tras sus fracasos como diplomático nicaragüense en Madrid, por no contar con apoyo presupuestario de su país, tendría que ganarse la vida como corresponsal periodístico y como escritor en el complicado mundo editorial parisino. En 1914 estaba entre París, Mallorca y Barcelona, y cuando el joven serbio Gavrilo Princip asesinó en junio al archiduque de Austria, Rubén Darío decidió embarcarse y viajar a América para liderar el «movimiento pacifista americano» surgido con la intención de parar la inminente guerra.
Rubén Darío llegó a Nueva York en el invierno de 1914 con una agenda que incluía visitar a políticos y personalidades influyentes que pudieran ayudar al movimiento panamericano que deseaba el cese de las hostilidades en «la tierra antigua» (Europa). En Estados Unidos esa iniciativa pacifista poseía también un interés político entre los muchos partidarios de la «no intervención americana» en la guerra. Pero Darío pensaba, además, aprovechar el viaje para profundizar en su apoyo a la cultura hispanoamericana. Y para eso deseaba contactar y conocer a Archer M. Huntington, el neoyorquino fundador de la Hispanic Society.
Ese deseo de conocer a Archer M. Huntington proporcionaría a Rubén Darío la «Pax» que no conseguiría para Europa. Darío llevaba décadas muy delicado de salud, a la que castigaba con su adición al alcohol. Su fragilidad hizo que en el crudo invierno de Nueva York cogiera un fuerte resfriado. Tuvo que retrasar la cita conseguida con Huntington prevista el 30 de diciembre de 1914, al que había enviado ejemplares de sus libros con dedicatorias. Finalmente los dos hombres se conocieron el 8 de enero de 1915, organizando Huntington un almuerzo para el poeta en su casa de la Quinta Avenida y aprovechando para concederle la Medalla de Artes y Literatura de la Sociedad Hispánica.
Un joven Rubén Darío poco antes de viajar a España en 1892 |
Darío confesaría a Huntington sus penurias financieras y le pidió ayuda para poder relanzar su carrera. El fundador de la Hispanic Society no lo dudaría y enseguida promovió actos que le pudieran reportar ingresos al escritor hispanoamericano. Fueron una serie de charlas y lecturas del poeta en los mejores círculos sociales y culturales, incluyendo el 4 de febrero de 1915 un evento celebrado en la Columbia University, dentro de la promoción del movimiento pacifista americano, con la lectura del poema ¡PAX!
Mal curado de su enfermedad, hizo que Darío contrajese una grave neumonía y tuviera que ser hospitalizado poco después de su acto en la Universidad de Columbia. Abandonado por Alejandro Bermúdez, su compañero de viaje en la «gira por la paz», quedó en el Hospital Francés de Nueva York con varias facturas impagadas. De nuevo Huntington acudiría en su ayuda, costeando el hospital y pagando el pasaje en el barco Sixaloa, rumbo hacia Buenos Aires el 8 de abril de 1915 cuando Darío estaba ya recuperado.
Las fotografías que ilustran estas publicaciones son una carta escrita a bordo del Sixaloa, agradeciendo a Huntington por las «inagotables finezas de su amistad». Pertenecen al fondo de la colección de la Sociedad Hispánica de Nueva York. Rubén Darío declara haber renacido. Era una carta optimista y esperanzadora:
«Llevo deseos de vida, de trabajo, y de tomar un nuevo rumbo en mi existencia...»
Puede leer el poema ¡PAX! completo pinchando en este enlace.
Gustavo Adolfo Ordoño ©
Historiador y periodista
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