Cuando una imagen no vale más que mil palabras: ¿La venganza del prisionero judío?

 

Esta fotografía no ha podido ser documentada de manera fiable. En Internet fue publicada hace casi diez años en una red social por una persona que aseguraba tratarse de su abuelo prisionero de un campo de concentración el día que le liberaron. Supuesto origen de la imagen y debate en reddit.com

La documentación histórica que aporta esta fotografía parece tan explícita como decir: «un judío liberado de un campo de concentración al final de la Segunda Guerra Mundial apunta con un fusil a un soldado nazi». Pues para cualquier aficionado a la historia de este conflicto mundial y, sobre todo, a cualquier historiador especializado en ese periodo las dudas que surgen serán muchas acerca de esta imagen

 Para empezar el prisionero tiene un excelente aspecto físico y parece vestir un uniforme con gorra incluida más que unos harapos de preso. Alguien puede exponer que se trata de un prisionero capataz, un «kapo», del campo que ayudaba a los guardias en sus tareas represivas. Sin embargo, a este tipo de colaboradores de los nazis no se les dio un arma en el momento de su liberación; todo lo contrario, fueron tan vigilados como los soldados nazis guardianes de los campos a los que habían ayudado. Además, fueron pocos los casos de guardias nazis capturados en el momento de liberar un campo; habían huido antes. También la presencia al fondo de la imagen de un militar del bando aliado, con actitud relajada (brazos en jarra), crea confusión sobre qué campo es el liberado. ¿Uno de los que liberaron los rusos o los estadounidenses? Es más, para mayor complicación, el uniforme de ese soldado parece británico. 

Por tanto, son muchas las dudas sobre qué momento histórico exacto está describiendo la instantánea y se sospecha de un posible «posado». Una escena montada, quizás, como recuerdo por las personas que sabían -en ese instante- estaban viviendo un importante acontecimiento histórico. Un montaje que servía de «celebración» de la libertad de esas personas o peor aún, un acto de «manipulación» que pretendía poner como víctimas a los crueles verdugos de los campos. De una forma u otra, parece un acto de catarsis donde el prisionero víctima de la barbarie inhumana se venga poniéndose en el lugar de sus verdugos. Esa sería la idea que, en el fondo, deseamos apreciar en la fotografía. Y aunque resulta difícil verificar los datos que aporta, podría ser probable esa «versión de la venganza». La imagen ha sido utilizada para ilustrar casos como el ocurrido en el campo de Dachau, donde los soldados aliados dieron armas a los prisioneros para que «ajustasen cuentas» con sus guardianes capturados. 

No obstante, tampoco coinciden los testimonios de los hechos ocurridos en la liberación por los estadounidenses del campo de concentración de Dachau con la «información» que proporciona esta fotografía histórica. En la liberación de Dachau se produjeron varios crímenes de guerra contra los alemanes capturados que siguen siendo motivo de controversia y debate. Cuando el domingo 29 de abril de 1945 fue liberado el campo por la 45ª División de Infantería del Cuerpo de Ejército del mando europeo estadounidense, la conocida como «Masacre de Dachau» consistió en las acciones incontroladas de varios soldados americanos que encolerizados por las escenas dantescas que descubrieron ejecutaron a varios guardias SS y soldados alemanes que ya se habían rendido

A los pies de la Torre B del Campo de Dachau se aprecian los cadáveres de los guardias de la SS ejecutados por soldados estadounidenses descontrolados, abrumados por las escenas de horror y muerte que descubrieron al liberar el campo el 29 de abril de 1945


Está bien documentada la ejecución de toda la guardia de la Torre B, como se aprecia en la fotografía arriba de estas líneas, pero las cifras de soldados alemanes que ya se habían rendido y fueron ejecutados oscilan entre 30 y 100, dificultando la comprobación de los hechos. Los informes que los mismos estadounidenses abrieron sobre el caso tampoco son esclarecedores. En unos de esos informes se menciona el asunto de la entrega de armas a los prisioneros judíos por parte de estos soldados incontrolados llenos de odio, animándoles a tomar venganza. Aunque en el mismo informe se detallan testimonios que describen a esos presos como famélicos y deshumanizados, rasgos que no destacan en el prisionero de la fotografía que encabeza este texto. Incluso, en ese mismo dossier de los investigadores aliados del incidente aparece descrita la ejecución, también, de los «kapos» del campo, los prisioneros que ejercían de funcionarios ayudantes de los nazis. Así que nuestro protagonista no podría ser uno de esos capataces de Dachau. 

Así, nos encontramos con una fotografía que por sí misma vale menos que las miles de palabras que en estudios e interpretaciones puede generar; cuando una imagen no vale más que mil palabras...


Gustavo Adolfo Ordoño ©
Periodista e historiador

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