Los negros españoles sin una memoria histórica

Retrato de Juan de Pareja por Velázquez (1650)

   
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres...                                      (capítulo LVIII del Quijote de Cervantes) 

 
  Ahora que España vuelve a las andadas sobre debates del carácter nacional, con la cuestión del racismo y la pregunta, ¿España es un país racista?, más agravada que nunca por los reiterados insultos racistas al jugador de fútbol brasileño Vinícius, merece la pena estudiar la historia de las identidades minoritarias como es la comunidad afrodescendiente en España. Porque negros españoles los hubo -y los hay- desde la misma formación del estado moderno, incluso desde épocas más remotas cuando a la península se la conocía como Hispania. Quizás, en mi opinión, poner el foco en colectivos españoles «ocultados en la historia» para reflexionar sobre el carácter nacional -histórico-, ayude a equilibrar un debate siempre crispado. Analizar la idiosincrasia (histórica) del país, no debería acabar ni en vano patrioterismo ni en hispanofobia; una fobia que usa la misma actitud -odiar- que pretende condenar del racismo.

 Ni en el cine, ni en las series de televisión, pero ni en la literatura o en el arte, aparecen personajes negros protagonistas o secundarios importantes. Han destacado en la historia reciente algunos deportistas (muchos nacionalizados, no de 2ª generación), también artistas se han añadido a esa lista escasa de personalidades de «raza» negra. En los manuales de Historia de España tampoco se destacan a españoles negros. Existe, aunque no siempre, la información sobre el comercio de esclavos del que España no puede excluirse. Un tráfico de esclavos africanos a América iniciado por los países ibéricos, pero monopolizado por tratantes de los países europeos con gran comercio marítimo como ingleses y holandeses

  Por ejemplo, uno de los intereses geopolíticos principales para obtener la cesión de Portugal de las islas de Fernando Poo y Annobón, en las costas del África central y territorios hoy de la actual Guinea Ecuatorial, por el Tratado de San Idelfonso (1777) fue el próspero negocio de esclavos negros que ya tenían los portugueses en el golfo guineano. La esclavitud negrera era la forma de «hacerse españoles» cuando llegaban sobre todo al Caribe y al Río de la Plata. Sí, los latinoamericanos deberían asumir que esa esclavitud no les es ajena a sus historias nacionales. Les recordamos que, por ejemplo, las islas del golfo de Guinea de donde salía la trata negrera dependieron directamente del virreinato rioplatense y luego del gobierno de La Habana. En la formación socioeconómica de países como Brasil, Argentina, Uruguay, Cuba y Puerto Rico, tuvo mucho más que ver de lo que piensan el negocio del tráfico de esclavos africanos.  

 No obstante, la esclavitud negra en las «Americas españolas» contó con posibilidades legales y sociales que facilitaron una integración de esas personas en las sociedades mestizas y multiculturales creadas en el continente americano. El óleo Los negros de Esmeraldas (1599) del pintor mestizo Andrés Sánchez Gallque (escuela quiteña), es un documento claro de la participación de los negros en la historia española. Estos personajes son caciques cimarrones. Los cimarrones eran negros huidos de los barcos esclavistas europeos y que se refugiaban entre las comunidades indígenas y mestizas de la América española. Muchos acababan siendo líderes comunales, caciques. El cuadro hace referencia a Francisco de Arobe y a sus hijos, caciques todos de la región de Esmeraldas, en el actual Ecuador. Se pintó para rendir pleitesía al rey Felipe III, asegurando que tras unas graves revueltas contra el virrey, pasaban a ser unos súbditos españoles leales.


Caciques españoles negros del siglo XVII en Esmeraldas (Ecuador) 


  En Europa, curiosamente, las personas negras tenían más complicada su integración social; aunque se darían casos también de esa asimilación social una vez que pasaban a ser «libertos». En España, por ejemplo, se conocen casos en la documentación histórica de Cartas de Libertad. Es decir, esclavos (los negros eran minoría respecto a moros) que conseguían la libertad -libertos- de sus amos. Miguel de Cervantes las menciona en varias de sus obras; recordando que él conocía esa cruda experiencia porque fue un preso y esclavo en Argel. Además, gracias al magnífico retrato pintado por Velázquez de Juan de Pareja (1650), conocemos el caso de este mulato (morisco) que sirvió como esclavo en el taller de Velázquez, una esclavitud amable porque era ayudante del pintor, y tan bueno con los pinceles que él mismo acabó siendo un reputado retratista. 

 De esa época también es la obra de teatro, El valiente negro en Flandes de Andrés de Claramonte (1580-1626), basada en un hecho real sobre la vida de un hombre negro que llegó a ser oficial de los Tercios españoles en Flandes. De todas formas, estos apuntes no dejan de ser curiosidades históricas que desvelan la presencia de españoles de origen africano a lo largo de la historia. En realidad, aunque demuestran esa presencia, la historia negra está tan apartada o es tan inexpresiva como permanecen las comunidades negras en la actualidad. ¿Sabían que la primera comunidad emigrante integrada con segundas y terceras generaciones nacidas en España fue de origen africano?

  Se trata de un grupo numeroso de personas de Cabo Verde, emigradas desde finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo pasado a las minas de carbón de León (El Bierzo, Ponferrada y los límites con Asturias). Se da la circunstancia de que estas personas eran en realidad portugueses, muchos llegaron vía Portugal porque Cabo Verde no se independizó hasta 1975. Una emigración que resultó necesaria para un trabajo duro, pero bien pagado. Tanto que en las mejores épocas un minero podía llegar a ganar casi medio millón de las antiguas pesetas (3.000 euros), lo que facilitó la agrupación familiar de esos emigrantes.

 En esa comarca minera siempre hubo un colectivo de origen africano que oscilaba entre las 1.000 y 1.500 personas. Hasta la irrupción de la crisis de la minería, que supuso una nueva emigración, aunque ya dentro de España, como ciudadanos españoles. Ha sido y es un foco de estudio sociológico y de inmigración, pues aún permanece una comunidad negra importante en esa región. De esos españoles negros proviene el futbolista Valdo (Villaseca, León, 1981), que llegó a jugar en el Real Madrid (como Vinícius) y ser campeón de Europa en 2002. Datos, insistimos, que por desgracia no pasan de lo anecdótico. La comunidad de afrodescendientes españoles intenta hacerse visible en esta segunda década del siglo XXI, pero denuncian racismo y, sobre todo, invisibilidad. Los políticos, los artistas, los policías o servidores públicos afro-españoles se cuentan con los dedos de una mano.

Carmen Ada Edjang, la única policía negra española. Fuente imagen


  El racismo en la sociedad española existe. Aunque el matiz debe hacerse: existe racismo pero España no es un país racista. Por la sencilla razón de que no ha tenido en su formación socioeconómica más reciente grandes comunidades de población negra. De tenerlas se habrían podido tener «experiencias» llevadas a afrontar el racismo social. Sin embargo, en las últimas décadas y en relación con el auge del populismo y la extrema derecha en Occidente, se está apreciando un aumento de los casos graves de racismo. Así, y lo contaban los mismos negros españoles, ese «racismo amable» que existía en la mentalidad hispana (desde el Siglo de Oro) está dejando paso a uno más cafre y virulento, con manifestaciones vergonzosas en los campos de fútbol y en muchos discursos políticos de partidos de la ultra derecha española. 


Lo afirman muchas personas negras ciudadanas del país: España no es racista. Asimismo, también confirman la existencia de un racismo sutil pero que es muy real. Se aprecia en las preguntas que le hacen a la única policía nacional negra de España: ¿pero de verdad tú eres policía? Por eso, ante estas actitudes racistas sin justificación alguna en la Liga de Fútbol, se debe estar atentos a la educación de nuestra sociedad en la tolerancia cero hacia el racismo que nunca nos convertirá en un país racista




 © Gustavo Adolfo Ordoño 
    Historiador y periodista 

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1 Comentarios

  1. Muy recomendables los libros de Jesús Cosano sobre los negros en la Sevilla del s. XVI, que llegaron a ser hasta el 10% de la población entre esclavos y libertos.

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