Historia de los campamentos protesta; una herencia del «olvidado» siglo XX

 

Una imagen del campamento de protesta organizado por un grupo de mujeres pacifistas y pioneras del «eco feminismo», realizado en 1981 en la base aérea de Greenham (Reino Unido) para evitar la instalación allí de mísiles crucero nucleares. Fuente de la imagen 


Estos últimos días estamos asistiendo a la formación de campamentos protesta en los campus universitarios de todo el mundo contra la masacre de civiles en Gaza. Comenzaron en las universidades de Estados Unidos con un componente político pro palestino, pero su justa reivindicación es pacifista al exigir el fin de la guerra con decenas de miles de palestinos asesinados por los ataques indiscriminados del ejército de Israel. En Pax Augusta os proponemos una breve historia de esta forma de protesta: el campamento cívico


 El campamento protesta es una acción cívica que tuvo su auge durante los movimientos sociales surgidos y desarrollados principalmente en las décadas de 1960 y 1970. Sus motivaciones fueron sobre todo de raíz pacifista, contra guerras como las de Vietnam o las del Golfo Pérsico en el último cuarto del siglo XX. Los promotores de estas acampadas antes y ahora suelen ser estudiantes universitarios, de las disciplinas de ciencias políticas y sociología, a los que la actualidad geopolítica durante sus años de estudios no puede dejarles indiferentes. 

Pero finalmente, sean espontáneos o preparados desde el activismo político, son campamentos protestas que acogen a gran parte de la comunidad universitaria y a los activistas más jóvenes con la exigencia de parar una guerra y proteger los derechos fundamentales de las personas. Entre los más célebres por sus repercusiones internacionales estarían los que se realizaron en Estados Unidos contra la guerra de Vietnam; un conflicto que no dejaba de segar la vida de miles de jóvenes estadounidenses. Aunque los fundamentos de esas protestas fueron también anti-imperialistas y, sobre todo, pacifistas

 Resulta lo más fácil recordar las acampadas de protestas en los campus universitarios estadounidenses durante la guerra de Vietnam, como las «sentadas» más importantes de la historia contemporánea. Sin embargo, podemos encontrar en el siglo XX otros muchos campamentos protestas significativos. Es el caso del vivido en Atenas, Grecia, en 1973 cuando en noviembre de ese año los estudiantes de la Universidad Politécnica se declaran en huelga de hambre para protestar contra la llamada «dictadura de los coroneles», en el poder desde 1967. Acamparon en las afueras de las instalaciones del Instituto Politécnico, se hicieron fuertes y hasta montaron una emisora de radio desde donde difundían sus reclamaciones de libertad

La acampada estudiantil en Grecia de 1973 no fue disuelta de manera cruenta, pero la represión policial de la dictadura se cobró 25 víctimas de ciudadanos que se unieron a las protestas con manifestaciones de apoyo alrededor del campus universitario. La dictadura cayó al año siguiente, teniendo ese campamento protesta estudiantil de Atenas en el imaginario histórico griego un papel fundamental como puntal de la lucha democrática. Otros campamentos de protesta durante los años setenta y ochenta del pasado siglo tuvieron un componente pionero de activismos que ahora nos parecen principales, como el ecologismo o el feminismo

La llegada de más mujeres al campamento protesta de Greenham a inicios de 1982.
Fuente imagen: By ceridwen, CC BY-SA 2.0


 Una de las acampadas que acabó teniendo mayor consideración histórica por sus consecuencias influyentes en posteriores movimientos activistas fue el campo de protesta de Greenham Common, que llegó a conocerse como el campamento «sólo para mujeres» y que había comenzado con una simple marcha por la paz en septiembre de 1981. Eran unas cuarenta personas, la gran mayoría mujeres, que caminaron desde Cardiff en Gales hasta la base de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos llamada Greenham Common, en Newbury, Inglaterra. 

Lo hicieron para protestar por la llegada a esa base de misiles nucleares, en el contexto de la Guerra Fría. Unas treinta mujeres se encadenaron a la alambrada que rodeaba la base, pero su protesta fue ignorada y ante la previsible llegada de las armas atómicas decidieron acampar en las inmediaciones. Pronto los medios de comunicación británicos se harían eco de la singular protesta de esas mujeres y su activismo pasaría rápido al interés mediático internacional. No solamente por su pulso contra la gran superpotencia y el gobierno británico, también por su clarividente conciencia ecologista de exigir la eliminación de todo artefacto nuclear.

 Desde los primeros días la organización fue matriarcal. Se impuso un «gobierno feminista» porque se consideraba a la mujer más libre de prejuicios para asumir una verdadera acción pacifista. El hombre no fue vetado, aunque todo aquel interesado en formar parte de la comunidad del campamento protesta de Greenham debía asumir el compartir tareas tan alejadas del «gobierno» de esa nueva comuna como el lavado de platos y el aseo de los bebés. El éxito de convocatoria de este campamento fue tal que llegó a albergar durante un acto de protesta convocado en diciembre de 1982 con el lema "Rodea a la base" a ¡30.000! mujeres. Una manera de protestar cogidas de la mano y rodeando el perímetro de la base militar. 

No sería el primer campamento de protesta de la historia, pero Greenham supuso concebir un nuevo modelo de organización para estas acampadas reivindicativas. Pensadas ahora como plataformas para llamar la atención de la sociedad y despertar el derecho de protesta en ella. Después de este campamento «sólo para mujeres» que despertó conciencias sobre el peligro de una guerra nuclear, se dieron numerosos casos de campos protestas en esas últimas décadas del siglo XX; como los levantados por todo el mundo contra el Apartheid de Suráfrica o los llamados «Campos de la Paz» con pacifistas encadenados a las puertas de los silos nucleares. 



 © Gustavo Adolfo Ordoño

    Periodista e historiador

Publicar un comentario

0 Comentarios