FIN DE LA GUERRA; breve historia de los «días después» a ese titular en la II Guerra Mundial

 

 Una madre intenta preguntar a un prisionero de guerra retornado si ha visto a su hijo.
Créditos de la imagen: Ernst Haas – El retorno de los prisioneros de guerra. Viena (1947)



 Entre las muchas sensaciones que nos suscita esta fotografía, yo me quedo con la de incertidumbre y desasosiego que trasmite la madre buscadora de su hijo en medio de una escena alegre por el fin de la guerra y el retorno de los soldados. Cuando Ernst Haas (1921-1986) hizo esta fotografía en la Viena de 1947 comenzaba su brillante carrera como fotógrafo. Alabado por su agudeza visual, conseguiría ser presidente de la agencia Magnum Photos a la que llegó gracias a unos de sus fundadores, Robert Capa, que se había fijado en su reportaje fotográfico sobre el retorno de los prisioneros de guerra austriacos. Pocas imágenes describieron mejor la mezcla de desolación y esperanza que se produce una vez acabada una guerra.

La composición de la fotografía parece sencilla, pero encierra un recurso genial: es la fotografía a una foto. El motivo principal no es ese prisionero de guerra sonriente en primer plano con la mirada puesta en los familiares que lo esperan para fundirse en un abrazo. El encuadre hace al retornado más alto, un gigante alegre sobre las personas que al fondo son espectadores de su llegada. Esta disposición hace más grande la indiferencia que siente ante la angustia de una madre en segundo plano intentando mostrarle una foto de su hijo desaparecido en la guerra. Ese será el verdadero motivo de esta imagen y el vértice visual que la hace una gran fotografía. Captando toda la emoción contenida entre el rostro triste de la madre y su mano sujetando al retrato-foto de un soldado no retornado.

Estamos en 1947, a punto de cumplirse dos años del fin de la Segunda Guerra Mundial y todavía no se ha solucionado el regreso a sus casas de los miles de prisioneros de guerra austriacos; sobre todo de los soldados que habían combatido en el llamado «frente ruso». Austria había sido anexionada por Hitler en 1938 y pronto su ejército y su potencial recluta se asimiló a la Wehrmacht. Por eso sus soldados serían tratados nada más terminar el conflicto como a los mismos alemanes, aunque a medio plazo los intereses de británicos y estadounidenses de hacer a Austria un Estado occidental y democrático cambiarían ese trato. Los austriacos debían retornar cuanto antes de la Europa del Este. 

Cuando se produce la rendición de uno de los contendientes o en caso de «empate técnico» se llega a un acuerdo de fin de guerra, comienza el día después que supone la «gran resaca» de la posguerra. En ese acuerdo no suelen puntualizarse las grandes preocupaciones que ocupan a las personas una vez acabado el conflicto: el retorno rápido de los soldados del frente, la liberación y regreso de prisioneros de guerra, la reconstrucción de ciudades o la recuperación de los suministros básicos allá donde se hayan visto destruidos. Siguiendo con el caso de la II GM estos asuntos tuvieron que ser tratados y desarrollados a lo largo de los siguientes años, prologándose su solución muchas veces hasta más de una década. 

 

Un fragmento de un periódico español de la época que anuncia el FIN DE LA GUERRA en Europa


 Nada volvía a ser igual después de una guerra. Aunque existan cientos de fotografías de personas alegres festejando el fin de la contienda mundial, son muchas más las que mostraron la desolación y el drama de miles de personas. Más allá de las imágenes de ruinas, de ciudades calcinadas, de incontables cadáveres, de los documentos gráficos de la devastación de una guerra, existen fotografías que captan los entresijos emocionales de los «días después» a las que prestamos menos atención. Esa desesperanza de la madre mostrada en esta fotografía se repitió a lo largo de todo el mundo. Se estima la cifra de tres millones de contendientes catalogados como desaparecidos en la Segunda Guerra Mundial

Aunque las acciones bélicas se acaben, estipulando precisamente en esos acuerdos de fin de guerra la manera de hacerlo con la hora exacta y la retirada ordenada de tropas, el contexto sigue siendo bélico. Muchas personas, soldados y civiles, morirían por disparos, explosiones o actos violentos, los meses siguientes a ese final de guerra. Por ejemplo, los aliados occidentales crearon comisiones de reconstrucción para ciudades alemanas cono Dresde y Hamburgo. En el caso de los británicos era una manera de tranquilizar conciencias ante sus bombardeos masivos a esas ciudades. Esas comisiones eran dirigidas por militares que debieron reprimir focos de resistencia de grupúsculos nazis o sofocar protestas de ciudadanos alemanes tan desesperados como humillados. Esos incidentes generaron «bajas» en una guerra ya acabada. 


En las últimas semanas se habla de un posible fin de la guerra en Ucrania, aunque esa posibilidad parta de una extravagante y unilateral iniciativa del presidente estadounidense Donald Trump. Sea o no materializado ese final, deberían tenerse en cuenta dentro de su acuerdo esas preocupaciones comentadas de los «días después». El retorno con garantías de los prisioneros, la investigación de desaparecidos, el regreso de civiles que hayan sido desplazados contra su voluntad...



© Gustavo Adolfo Ordoño 

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