Los que nunca tienen miedo; una breve historia de los comandos especiales en los ejércitos

 

Captura de pantalla del vídeo en Youtube: La Unidad de Fuerzas Especiales más letal del Mundo


 Cuando me he documentado para escribir acerca de las guerras desde la perspectiva del soldado, uno de los testimonios más recurrentes es el de hablar del «miedo». La angustia por entrar en combate y el miedo a morir son sensaciones lógicas en los soldados, sobre todo entre la tropa reclutada en la sociedad civil. En el reverso de la llamada soldadesca o tropa, estarían «los que nunca tienen miedo». Unidades militares de élite que no se pueden permitir esa licencia tan humana de sentir miedo. Son los soldados entrenados para realizar las misiones más peligrosas y letales. 

Haciendo retrospectiva podríamos hilar los antecedentes históricos remotos de estos «soldados sin miedo» en aquellos guerreros escogidos entre los más valerosos y con mayor experiencia en el campo de batalla para ir en la vanguardia. Elegidos para afrontar los retos de mayor riesgo durante una batalla, solían ser grupos pequeños para tener mejor coordinación. Estaban muy bien armados y especializados en algún tipo de lucha que los hacía más temidos y difíciles de vencer durante una batalla que en la Antigüedad y en la Edad Media podían llegar a durar días. 

Pero esa forma de actuar de esos «grupos especiales» de guerreros era en el contexto de las antiguas grandes batallas, con el tiempo esos pequeños grupos con actividad «especial» durante un conflicto harían algo con pasado muy español: la guerra de guerrillas. El término «guerrilleros», equivalente actual de «comandos», surgió a partir de 1808 durante la Guerra de Independencia española. Los ejércitos napoleónicos llamaron a esa forma de combatir española basada en cuadrillas que hostigaban y saboteaban por sorpresa a sus tropas como la petit guerre (guerra pequeña), que en castellano y de manera popular derivó en «guerrilla»

 Esta forma de combatir fue «copiada» por las fuerzas de operaciones especiales de los ejércitos del mundo en las guerras más contemporáneas, sobre todo a partir de la Segunda Guerra Mundial. Así podemos considerar el origen de los comandos modernos en este segundo conflicto mundial del siglo XX. El uso de unidades pequeñas pero altamente capacitadas para llevar a cabo misiones detrás de las líneas enemigas se daría en ambos bandos. Los Aliados emplearían mucho este tipo de combate porque en realidad su guerra fue de resistencia y «reconquista», escenarios propicios para la guerra de guerrillas

Por eso el protagonismo fue mayor de los comandos británicos, como el Special Air Service (SAS) que destacó con las primeras misiones más audaces de la contienda. Recordar por ejemplo las acciones de sabotajes y operaciones de reconocimiento en el desierto del Norte de África. Luego estarían los Rangers estadounidenses, que se inspiraban en los comandos británicos y que cometieron operaciones casi increíbles en Europa, como las realizadas durante el desembarco de Normandía y la captura del puente de Remagen.  


Un Navy Seal en Afganistán en 2002. Fuente imagen: De United States Navy - United States Navy


Acabada la guerra, en tiempo de paz se suponía, este tipo de soldado de élite no fue disuelto. Todo lo contrario, en el contexto de la Guerra Fría cobraron mayor sofisticación al preocupar la posibilidad de llegar a un conflicto con el uso de armas nucleares. Esta amenaza de guerra nuclear a gran escala impulsó el desarrollo de equipos adaptados a las nuevas circunstancias bélicas. 

 Esto los convertía además de en operativos militares especiales en «espías» para operaciones de tácticas encubiertas y de baja intensidad. Las Fuerzas Especiales de EEUU que destacaron esos años fueron los Green Berets estadounidenses, algo así como los Boinas verdes en España. Estuvieron especializados en operaciones de contrainsurgencia, con la idea de entrenar a fuerzas locales para servir de «resistencia guerrillera interna» en un conflicto determinado (Afganistán de los años 70 y 80, por ejemplo)

Los comandos del Spetsnaz soviético también ganaron gran fama durante la llamada Guerra Fría. Los soviéticos desarrollaron esta unidad especial como una fuerza de operaciones muy polivalente, capaz de llevar a cabo una amplia gama de misiones, que iban del simple sabotaje a una base militar enemiga hasta el reconocimiento minucioso de un amplio territorio con instalaciones militares ocultas. Su preparación recordaba a los guerreros Ninja del legendario Japón. 

 Aunque en la actualidad estas Fuerzas Especiales se han vuelto a adaptar a nuevas circunstancias, este caso a los llamados conflictos de la Era Global, como el terrorismo internacional o las guerras cibernéticas, sus componentes básicamente siguen siendo los soldados que «nunca tienen miedo» porque se someten a un entrenamiento físico y mental extremadamente riguroso

Un entrenamiento en combate cuerpo a cuerpo, tiro de precisión, supervivencia en entornos hostiles, operaciones encubiertas, demoliciones, paracaidismo, buceo y muchas otras habilidades especializadas. En realidad, a pesar del uso de nuevas tecnologías bélicas como los drones, estos soldados siguen siendo imprescindibles en las guerras de cualquier tipología. Algo que podemos apreciar, con sus distintas peculiaridades, en las actuales guerras de Ucrania y Gaza.  



© Gustavo Adolfo Ordoño 

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