Colosal estatua de la «Madre Patria» que da entrada al Museo de la Patria en Kiev.
La historia de los pueblos, de las naciones y de sus estados influye en su carácter. También marca su presente como sociedades. Obviedad que en el caso de las culturas eslavas resulta a veces demasiado dramática. Kievan Rus era el reino del siglo XIII con la capital en la actual Kiev tan esencial para el incipiente imperio ruso como lo era la propia Rusia. En Pax augusta os proponemos un «viaje a la época de los vikingos» para entender un poco mejor, con la Historia, esta crisis geopolítica de Ucrania que vuelve a helar el ambiente entre Occidente y Rusia como en la pasada Guerra Fría del siglo XX
A mediados del siglo IX, en el río Dniéper con el viento adecuado las velas de los barcos vikingos se adentraban al interior de las vastas tierras ucranianas. Una de esas flotas las comandaba el jefe guerrero que sus hombres llamaban Oleg, el señor de Nóvgorod. También llamado el-Oleh, el eslavo, había oído hablar de un rico enclave en el curso descendente del Dniéper. Tierras gobernadas por dos nobles de su misma tierra que osaron dejar de atender la voluntad del señor principal, el Rúrik. Cuando éste murió, dejaría a Oleg, pariente de clan, como tutor y regente de su heredero, el príncipe Igor. Una de las primeras misiones que planeó el eslavo fue hacer una incursión de castigo contra esos vasallos díscolos del Rúrik fallecido.
El barco vikingo, una de las mejores embarcaciones de la historia de la navegación |
Ascold y Dir eran los nobles del clan que se declararon en rebeldía. Según contaban los mercaderes y aventureros que habían viajado por ese gran río, que cruza Europa central de norte a sur, los dos rebeldes se estaban enriqueciendo a base de controlar su curso. Suponía un canal directo desde las tierras escandinavas al imperio bizantino, a la «capital romana de Oriente», Constantinopla. Cobraban tributos por las mercancías que pasaban de norte a sur, sin enviar la parte correspondiente al Rúrik de Oleg. Como nuevo regente con capital en Nóvgorod piensa que ese enclave de Ascold y Dir debe estar bajo su control y que es hora de hacerles una «visita de cortesía». A la llegada de su flota al pequeño pero próspero puerto de Kiyv, Oleg dispuso un plan de conquista que mezclaba diplomacia con la determinación guerrera. El recibimiento resultó frío y lleno de desconfianza por parte de Ascold y su socio Dir, pero debían cumplir con la pleitesía de acoger al nuevo señor llegado de la gran fortaleza de Nóvgorod.
Cuenta la leyenda que cuando los hombres de Oleg desembarcaron tenían la orden de simular interés en las mercancías ofrecidas por las gentes del puerto de Kiyv, haciéndose pasar por comerciantes inofensivos ocultando sus armas. Un agudo sonido de cuerno de guerra sería la señal acordada para desenmascararse y dar batalla. La espada de Oleg fue la primera en segar la vida de los desprevenidos Ascold y Dir... El texto hasta aquí escrito es una recreación y resumen de la epopeya o mito de las llamadas Crónicas Rusas, en concreto la Crónica de Néstor. No obstante, está documentado históricamente el dominio que un señor varego (vikingo en eslavo) asimilado a la cultura eslava, con ese nombre de Oleg, tuvo de la región de Kiev entre los siglos IX y X. Una región que pasó a ser el Rus, término que significa principado y es la raíz de la palabra que da nombre a Rusia. Acabaría siendo el reino más poderoso en la zona del Dniéper, consolidado en el siglo XIII y reconocido como la «madre patria» de rusos, bielorrusos y ucranianos.
Arco de la Amistad Ruso-Ucraniana, en Kiev
Ese mítico puerto fluvial Kiyv es el Kiev ucraniano actual. Ahora la amenaza contra ese Kiev histórico no proviene de vikingos de un clan de eslavos-escandinavos. Se ha personificado en el pueblo hermano que surgió del mestizaje eslavo en la zona: el ruso. Una «amenaza» siempre latente porque aquel apreciado tráfico de mercancías y tributos por el río Dniéper se ha convertido en metáfora de los ricos recursos naturales que siempre han poseído los ucranianos. En la misma Unión Soviética se dio con descaro ese afán dominador de Rusia sobre la hermana república soviética de Ucrania. Fue puntal de la economía soviética, llegando a suponer casi el 20% del PIB de la URSS. Esa desproporcionada importancia de Ucrania se apreció en ser la república de origen de muchos de los dirigentes soviéticos. Breznev y Jruschov provenían de la Ucrania del Este, justo la región donde sigue el preocupante conflicto entre ucranianos y rusos: la Cuenca del Donbás.
Sin embargo, la mencionada importancia histórica de Ucrania para los soviéticos -rusos sobre todo- no se trasladó a mayores beneficios y consideración para la población ucraniana. El trato ruso sobre Ucrania, incluida la época soviética, fue siempre de carácter colonial. Se mantuvo al pueblo ucraniano muy vigilado y se explotaron sus recursos naturales como si fuese una colonia. Al llegar el fin de la Unión Soviética y las independencias de las repúblicas que la componían, Ucrania quedó con ese lastre de una relación de cierta sumisión hacia la «gran Rusia». La reciente en el tiempo anexión rusa de la península ucraniana de Crimea, territorio que pasó a lo largo de la historia por manos rusas y ucranianas, es la mejor expresión de la actitud de superioridad -imperialismo- que siempre tendrá Rusia en la región.
Periodista e historiador
1 Comentarios
Muy interesante. Con esta información se entiende mucho mejor, la situación actual entre Rusia y Ucrania
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