Breve historia del Yoga y cómo sedujo a los occidentales

 

Los Beatles rodeando al gurú del Yoga más famoso en la India
durante su «viaje espiritual» en 1968


सौ चूहे खाकर बिल्ली हज को चली’ (Sau chuhe kha kar billi haj ko chali) Traducción: «Un gato después de matar a cien ratones se va de paseo»

 


 Namasté. El pasado 21 de junio fue el Día Internacional del Yoga. Esta disciplina milenaria proveniente de la India fue introducida en Occidente dentro de la ola de movimientos «liberadores» desarrollados en la década de 1960 en las sociedades occidentales. Y el remate lo dio el mítico grupo de Liverpool, los Beatles, cuando en busca de inspiración y espiritualidad para sus temas recabaron en la ciudad de Rishikesh. Esta ciudad ha sido considerada la cuna del Yoga desde hace más de cinco mil años al recibir a los yogis, ermitaños en busca de la paz de espíritu, refugiados en las cuevas de las montañas que la rodean junto al sagrado río Ganges.

Pero el origen del Yoga se pierde en la bruma milenaria de los tiempos. Por lo visto, existen estudiosos que lo enmarcan en un contexto casi prehistórico. Naciendo entre los años 10.000 y 5.000 antes de nuestra era, cuando se comienza a sofisticar la espiritualidad de los grupos humanos y a formarse las religiones. Además, aunque existe consenso entre los historiadores especializados en situar su nacimiento en la antigua cultura védica de la India, el origen podría ser multicultural y tener aportaciones asiáticas del antiguo Tíbet

 Un dato que nos ayuda a hilar de sus orígenes será la palabra yoga, que tendría su raíz en el término jug, un verbo que significa «unir, conectar» en sánscrito, la lengua antigua hablada en la mayor parte de lo que hoy es la India. Como curiosidad, es una palabra o raíz común extendida por las lenguas indoeuropeasEn castellano yugo significa unión. Es decir, los practicantes de esa espiritualidad jug (o también escrito yug) pretendían relacionar (unir) su mente y su cuerpo a través de determinadas posturas acompañadas de movimientos concretos y una respiración adecuada. El fin último es algo muy recurrente en la espiritualidad oriental: lograr una perfecta armonía, tanto a nivel físico como espiritual.

Una "cómoda"  postura de yoga para meditar



De esta forma, situando al Yoga en ese contexto de culturas relacionadas con la espiritualidad conocida como brahmanismo, tendremos un remoto origen histórico con la primera documentación escrita en los textos del Yoga-sutra datados entre los siglos IV y III a. C. Los textos fundamentales del yoga darán adoctrinamiento a esa espiritualidad que aunaba cuerpo y mente en su práctica, convirtiéndose en una de las seis doctrinas ortodoxas del hinduismo. A partir de la interpretación de esos escritos, atribuidos al sabio Panta¨nyali, surgieron varias escuelas del Yoga con sus respectivos gurús y seguidores. Las más conocidas y fundamentales son la del Raya-yoga y la del Karma-Yoga.

El Yoga en la actualidad y cómo ha seducido a Occidente


 Puede que usted sea uno de los cientos de miles de occidentales que practican yoga. No como vehículo espiritual para encontrar la armonía con el Universo y acercarse a Dios; más bien para quitarse el estrés de su laboriosa vida. Además, ya no lo practica alejado de las tentaciones mundanas en un templo escondido de las montañas cercanas al Himalaya. Lo más seguro es que practique yoga como parte de los servicios que su gimnasio-spa le ofrece, abonando su mensualidad religiosamente. Eso, el pago del gimnasio, será -y permitan la ironía- lo único que se cumplirá con religiosa regularidad.

A pesar del interés que pudo tener el Yoga cuando fue conocido por los europeos tras los primeros encuentros con las culturas asiáticas, en filósofos griegos y más adelante en anacoretas del Oriente Próximo, no desembarcó en Occidente como práctica física-espiritual hasta el siglo XX. Los viajes de los Beatles a la India a finales de la década de 1960 terminaron de consolidar una tendencia a adoptar prácticas orientales de meditación y espiritualidad en unas sociedades cada vez más desarrolladas económicamente. 

 Se abandonaron los «cultos tradicionales» y se buscaron respuestas en exóticos misticismos de Oriente que favorecían esa ansiedad de libertad y autoconocimiento de los occidentales en esos años de la «Revolución de los 60». El yoga fue un ejemplo de ello, la ciudad visitada por los Beatles se convertiría en la capital de toda una «industria de la meditación». Rishikesh reclama tener las mejores escuelas para convertirte en maestro-profesor de yoga y reivindica que de esa ciudad hindú salieron los principales y verdaderos gurús del Yoga que expandieron esta disciplina por Occidente, creando las escuelas oficiales existentes ahora en Estados Unidos y Canadá.

Lo que no hace la Yoga Alliance, institución internacional en defensa del "Yoga auténtico" con sede en Rishikesh, es reconocer que con una doctrina espiritual de meditación a través de ciertos ejercicios físicos se ha creado un lucrativo negocio, que responde a varias de las mayores idiosincrasias occidentales: el capitalismo y la sociedad de consumo. De todas maneras, y si se queda más tranquilo/a, la próxima vez que vaya al gimnasio a practicar yoga pregunte a su profesor si tiene un título oficial de alguna de esas escuelas oficiales de Rishikesh (India).

 

 
© Gustavo Adolfo Ordoño 
   Historiador y periodista 

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